Nosotras hacemos una “alianza con María”, sellada con un voto específico: el voto de estabilidad. Por este voto nos comprometemos, de manera permanente e irrevocable, en el servicio de María y prometemos trabajar para hacerla conocer, amar y servir, prolongando así su misión maternal de engendrar, formar y acompañar personas en la vida de fe.
Nos entregamos a su ternura maternal para que Ella nos forme a semejanza de su Hijo y como los servidores de Caná, acogemos su palabra: “Hagan lo que Él les diga”. (RV I.8)